EL PAIS DE LOS CIEGOS Y SU REY TUERTO

LAS SECUELAS (capítulo VI)

La oposición partidista ese 12 de abril traicionó a un pueblo, a su lucha y le dio nuevas fuerzas al gobierno, pues quedó el temor de la gente y ahora su certeza de que no existe nadie más que esté claro para dirigir al país que el Presidente Chávez.

Eso hizo que una mayoría descontenta se volviera a decantar con Chávez, pues éste muchas veces advirtió sobre las consecuencias de permitir que la derecha extrema tomara el poder y lastimosamente tuvo razón.

Sobre el 11 de abril se construyeron mentiras y mitos que tratan de ocultar el hecho tal como sucedió, y es que el pueblo ese día no siguió a más nadie que a si mismo, a su impotencia, a su rabia, a sus valores. Por primera vez en la historia de este país un movimiento cívico derrotaba a un gobierno, ni siquiera de eso puede vanagloriarse Hugo Chávez, pues sus intentonas golpistas no tuvieron apoyo popular aun cuando la gente estaba molesta con el régimen de Carlos Andrés Pérez.

Por otro lado se desdibujo la rebelión civil que se produjo tratando de hacer ver que el plan pertenecía a los partidos políticos, al imperio, etc., cuando el causante real del 11 de abril fue el mismo Presidente con sus acciones.

A Chávez no lo rescató ningún pueblo, lo rescató la mediocridad de la dirigencia opositora, si estos hubieran aceptado la sumisión de la Asamblea Nacional, del Tribunal Supremo de Justicia y hubieran tomado el camino institucional, probablemente Chávez estaría pagando condena en una cárcel o exilado, y no estaríamos hoy en la crisis total en la que estamos sumidos.

Lo peor es que estas acciones hicieron que se desmovilizara toda la población, ya no había en quien creer, las acciones que sucedieron luego fueron no más que golpes de ahogado que permitieron a Chávez sanear de institucionales a las fuerzas armadas, a PDVSA, al Tribunal Supremo de Justicia, etc. En pocas palabras ese 12 de abril le regalamos el PAÍS en bandeja de plata.

Ahora el mito del 11 de abril nos ha hecho seres sumisos, incapaces de tomar decisiones que hoy más que nunca están justificadas, hoy la situación de violación a la constitución, y por ende la aplicación de su artículo 350, está más vigente que en esos aciagos días de Abril del 2002. Pero el peso de la culpabilidad de ese día, la posibilidad de que vuelvan a sucederse esos hechos, mantienen una sociedad aun sumisa que se ahoga en el basurero del peor gobierno en 50 años.

Sólo el caso de agrupaciones aisladas parece aun mantener vivo el espíritu de ese día, los estudiantes son, hoy por hoy, la cara de esos valores, de esa lucha. Pero no habrá salidas a esta situación hasta que la masa se reúna de nuevo a defender lo que es suyo.

Yo me pregunto, ¿Seguirá el fantasma de ese día de abril haciendo que permitamos que vulneren nuestros derechos, que violen la autonomía universitaria, la libertad de expresión, el derecho de educar a nuestros hijos como queramos, o que decida cuando ir a una guerra por capricho? ¿Cuanto más tenemos que quedarnos arrodillados por haber permitido que unos cuantos nos robaran nuestra victoria?

Ese día hicimos lo correcto, ese día quienes salimos PACÍFICAMENTE a pedirle al Presidente que se fuera, defendimos al país de lo que hoy vivimos; los culpables de todo están exiliados en el extranjero mientras nosotros nos calamos la pesadilla que temíamos ese 11 de abril.

Pues señores tenemos dos opciones: O tratamos de salvarnos de nuevo de manera pacífica, o nos dedicamos a lamentarnos de nuestra mala suerte mientras recogemos los pedazos de una patria destruida.

DE MI PARTE, ¡SIGAMOS LA LUCHA!