domingo, 2 de marzo de 2008

27 DE FEBRERO


Hace 18 años en 1989, días después de haber asumido la presidencia por segunda vez, apoyado por una gran cantidad de la población, Carlos Andrés Pérez tomó algunas decisiones drásticas en materia económica. Dentro de estas medidas estaban el alza de la gasolina y el aumento desmedido del transporte público.

Este último sector consideró que el aumento pautado era insuficiente y llamó a un paro el día en cuestión, mas sin embargo al final laboraron, pero haciendo un cobro indebido de las tarifas, omitiendo el pasaje estudiantil, etc.; lo que originó que la gente se manifestara en contra de las medidas económicas y en contra de la actitud de los transportistas. Lamentablemente la manifestación se tornó hacia la violencia y comenzaron los saqueos, en principio a los automercados y luego hacia otro tipo de comercios. Esta última acción es la que considero deshonesta, ya que muchos oportunistas vieron en el descontento popular una oportunidad para robar, destruir y asesinar.

Por otra parte el gobierno actuó de manera desmedida con la suspensión de las garantías constitucionales y la aplicación del Plan Ávila; la Fuerza Armada Nacional cometió hechos abominables y llenaron las calles de sangre, lo cual fue una clara violación a los Derecho Humanos en nuestro país.

Ahora es importante conocer la raíz de este hecho; cabe recordar que desde el Viernes Negro (18/02/1983) nuestra nación entró en una crisis económica grave, el déficit fiscal era enorme y los presidentes anteriores trataron de desconocerla, por lo cual se tomaron pocos correctivos para, al menos, paliar el efecto de la crisis. En el momento que CAP asume por segunda vez el poder, ya había un alto grado de desabastecimiento, desempleo y pobreza por lo cual el anuncio de reforma económica drástica del nuevo gobierno, afectaba de manera significativa el ya golpeado bolsillo de los venezolanos.

Lo interesante de leer sobre el pasado, es que podemos prever el comportamiento frente a situaciones similares y si hubiera un gobierno preocupado por el país, éste tomaría las medidas para que hechos como estos no sucedieran. Es por esto que la situación actual es preocupante.

Tenemos los mismos síntomas que en ese terrible año 1989: desabastecimiento, pobreza en aumento, hiperinflación, desempleo y, si además a estos ingredientes le sumamos la violencia que ha sembrado el gobierno, la polarización y el descontento general, podríamos decir que Venezuela está montada sobre una bomba de tiempo que no hay quien la desactive.

Por otra parte, igual como en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, pensamos que al REY TUERTO no le tiembla la mano para decretar el Plan Ávila, tal como intentó hacerlo el 11 de abril de 2002. Si a esto le añadimos los grupos anárquicos que ha creado, que hoy al parecer se le salieron de las manos, además de los grupos parapoliciales que están en manos de sus principales acólitos, de suceder algo parecido, probablemente el baño de sangre será de dimensiones mayores a las ocurridas ese 27 de Febrero. Como ven es bastante parecida la IV república a la V, y hasta versión empeorada parece.

Esperamos que quienes lean esto, puedan entender nuestra preocupación, y que tomen conciencia sobre el papel activo que debemos tener los ciudadanos para no caer en un juego que sólo daña a los de a pié, pues mientras se derrama nuestra sangre en una pelea inútil, el REY TUERTO y sus acólitos estarán escondidos y protegidos.

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    Se ve que ud no a visto llaga, mijito.

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